Con la ayuda de un aficionado originario de Águilas y gran conocedor del municipio, Lorenzo Antonio Hernández Pallarés, localizamos el yacimiento y decidimos darnos una vuelta por allí para recoger algunos ejemplares para Miguel Calvo.
Como consecuencia de que la mayoría de los caminos para acceder a la cara sur de la Sierra de Los Mayorales están cortados por cadenas, y aprovechando que todavía hace buen tiempo por estas latitudes puesto que no ha llegado el calor, un grupo de miembros de la SMM, guiados por Lorenzo, nos aventuramos a recorrer los más de tres kilómetros que separan el lugar donde se podía dejar el coche hasta las minas. Tras caminar por varias pistas y subir empinadas laderas, llegamos al cerro donde se ubican las minas.
Es interesante destacar que, hasta hace poco, dichas mineralizaciones se consideraban de talco y como tales se explotaron hasta la década de los 50 del pasado siglo XX.
El entorno se encuentra muy deteriorado como consecuencia de una desafortunada repoblación forestal de pinos (de los cuales casi no ha sobrevivido ninguno) en terrazas, que han alterado el coto minero y han destruido la mayoría de los minados y escombreras.
Casi todas las bocaminas están derruidas y las que no, están en un estado de gran deterioro que hace muy arriesgado acceder a su interior, como pudo comprobar Juan Luis Castanedo que se aventuró a explorar someramente alguna de ellas.
La roca encajante de la pirofilita está constituida por filitas, muy alteradas, de color pardorojizo, con esquistosidad patente y abundantes vetas de cuarzo masivo. La composición mineralógica de estas filitas por orden decreciente de abundancia es la siguiente: cuarzo, mica blanca, carbonatos, óxidos de hierro, cloritoide y zircón, sin descartar la posible existencia de grafito, en todo caso muy minoritario. La pirofilita de Águilas se encuentra en forma de cuerpos "planos" asociados a filones de cuarzo recristalizado.
Como consecuencia de la alteración del yacimiento por el uso de maquinaria pesada para realizar la repoblación forestal, resultó muy difícil encontrar muestras de pirofilita en condiciones, mineral que no conocíamos ninguno de los excursionistas, aunque tras escudriñar las terrazas de la repoblación y gracias al buen criterio de Lorenzo, pudimos recoger unas pocas piezas de lo que podía ser pirofilita, hecho constatado posteriormente por Miguel Calvo tras enviárselas a Zaragoza.
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En los cerros del fondo se encuentra el yacimiento de pirofilita, concretamente en el cuarto por la derecha.
Lorenzo Antonio Hernández junto a una de las bocaminas que se han salvado de la repoblación forestal
Bocamina
Al levante del cerro, de orografía muy agreste, se encuentra esta antigua construcción que puede tener relación con las minas.
Bocamina parcialmente aterrada por una terraza de la repoblación forestal
Lorenzo junto a otra peligrosa bocamina
Muro de piedra en el interior de una bocamina
Deprendimientos en una bocamina
Nuestro presidente entrando a uno de los minados
Abandonando una de las minas
Muestra de pirofilita
Juan Luis saliendo de otra mina
Pedro Rubio y Antonio Martínez Ayllón regresando al coche
Lorenzo Hernández y Juan Luis Castanedo recorriendo el camino de vuelta. Al fondo se ve el cerro donde se encuentra el yacimiento.
Pirofilita
